El 28 de enero de 2016 el Instituto Geofísico del Perú (IGP) inauguró el Laboratorio de Microfísica Atmosférica y Radiación, y tiene como uno de sus equipos más sofisticados al Radar de nubes y precipitación, éste lograda gracias a la gestión liderada por el IGP con
la participación de la Universidad Continental. Ambas instituciones interesadas
en el fortalecimiento de la investigación científica para generar conocimiento
aplicable a la diversidad de necesidades o problemas en las dimensiones
biofísica y social de nuestra región y el país.
La Universidad Continental por
su parte en los últimos años ha direccionado recursos para mejorar la
producción científica con sus docentes, investigadores externos y estudiantes
teniendo un incremento del 50% cada año de proyectos culminados y publicados de
forma sostenida; paralelamente ha estado presentando propuestas de
investigación básica, aplicada y de innovación tecnológica como entidad
solicitante y también como entidad asociada ejecutando actualmente 13 proyectos de investigación e innovación tecnológica financiados
por el CONCYTEC-FONDECYT e INNOVATE PERÚ (FINCYT). El proyecto del radar de
nubes que hoy inicia sus operaciones es precisamente producto de una de estas participaciones conjuntamente con el Instituto Geofísico del Perú. La difusión de los resultados del quehacer científico también
son una prioridad para la Universidad Continental, y ésta se realiza a través de artículos científicos
publicados en nuestra revista indizada “Apuntes de Ciencia & Sociedad” y
otras revistas indizadas en las más importantes bases de datos de literatura
científica del mundo.
El laboratorio
de microfísica que entre sus equipos mas sofisticados tiene el Radar de nubes y precipitación permitirá realizar estudios sobre la física y microfísica de nubes y precipitación, evaluación
del balance de agua y de energía en zona de montaña, transporte de aerosoles, entro
otros permitiendo desarrollar modelos y métodos para la previsión y mitigación
de eventos meteorológicos extremos en los Andes peruanos.
El
radar MIRA 35-C que entra en funcionamiento usa energía solar y para alguna
contingencia utilizaría un grupo electrógeno instalado en el lugar; cuenta con
procesadores para el registro y tratamiento de los datos obtenidos, pues está
diseñado para su funcionamiento ininterrumpido a largo plazo y sin intervención
humana constante. Entonces, se trata de un sistema para la detección, ubicación,
monitoreo y análisis de objetos a través de la emisión y recepción de ondas
electromagnéticas. Este radar hace
uso de los llamados ecos de retorno provenientes
de los objetivos hacia los cuales esté orientado. Trabaja con una frecuencia de
35 GHz que tiene una longitud de onda correspondiente de 8,5 mm, característica
que corresponde a la banda Ka del espectro electromagnético, donde la
transmisión atmosférica es máxima y se trata del rango apropiado para el
estudio de hidrometeoros, especialmente los que consisten en pequeñas
partículas que conforman las nubes, niebla o lloviznas; ya que las longitudes de
onda más grandes son menos atenuadas por la llovizna y la lluvia, mientras que
las longitudes de onda más cortas son sensibles a partículas más pequeñas. Luego
de que la señal enviada por el radar tiene contacto con el objetivo, en este
caso, una gota –ya sea de una nube o una gota de llovizna-, la onda
electromagnética es reflejada a ambos lados y las partes que ingresan en ella
[la gota] hacen interferencia en su interior, causando de esta manera el
fenómeno denominado dispersión (o
scattering, en inglés). Las gotas que conforman el grupo objetivo para este
tipo de radar tienen una medida del orden de los micrómetros en diámetro y
presentan un tipo de dispersión específico denominado dispersión de Rayleigh,
de acuerdo con esta, la cantidad de señal dispersada por una gota de agua es
proporcional a D^6 (diámetro a la sexta potencia). Además, qué tanto refleja
una gota es denominado reflectividad y
se mide en dBZ (decibeles relativos a Z).